13/10/2011
17 de octubre, Día mundial para la erradicación de la pobreza
Ante el Día mundial para la erradicación de la pobreza y dada la situación social durísima que viven actualmente muchas personas y familias en nuestro país y en el Tercer Mundo, desde Cáritas queremos manifestar que la situación actual la estamos viviendo con impotencia y esperanza.
Con impotencia, porqué hace ya muchos meses, incluso años, que denunciamos que asistimos impasibles a dos crisis y media (la económica-financiera, la de la vivienda como factor de exclusión social, y a media crisis social). La otra media, que todavía no está en crisis, es la que evitan ¿hasta cuándo? familiares, entidades y servicios sociales.
Impotencia cuando vemos, con alarma, las consecuencias que el paro tiene en el colapso de la vida de muchas personas, jóvenes y mayores, sin que se actúe. ¿No es una emergencia económica y social tener 5 millones de personas sin trabajo? A muchas de estas personas las dejamos –como sociedad– en los arcenes y se quedarán para siempre, incluso cuando empecemos a repuntar de esta virulenta crisis.
Con impotencia cuando se dice que faltan tantos años para llegar a la situación de partida de la crisis, la del año 2007, cuando teníamos cerca de 2 millones de parados. ¿Es ésta la meta? Constantemente 2 millones de personas, abocadas a no trabajar? ¿Hacia dónde nos dirigimos?
Con impotencia, cuando recordamos a las personas que en los países empobrecidos del Tercer mundo malviven en permanente pobreza, sin derechos ni libertad, víctimas de la corrupción de sus gobiernos y de otros gobiernos que les niegan toda esperanza. Sabemos que la suya es una crisis mucho más dura y sin un horizonte visible.
Con impotencia asistimos, hoy sí y mañana también, a continúas reducciones del poder adquisitivo de las pensiones o prestaciones de las personas pobres y sin adivinar adónde queremos llegar(aumento regresivo de impuestos como el IVA, congelación prestaciones/pensiones o recortes en prestaciones sociales).
Con impotencia porqué Cáritas ha de cubrir muchas necesidades básicas -que no cubre el Estado del Bienestar- cuando la gran mayoría de las personas pobres que atendemos no quieren subsidios sino trabajo, trabajo y trabajo
Pero en Cáritas mantenemos la esperanza
La esperanza en qué la sociedad civil sabrá dar un paso adelante con iniciativas sociales (p.ej. Cooperativas) y que todos los que no estamos directamente afectados por la crisis nos sabremos contagiar de confianza, optimismo y compromiso.
La esperanza que –después de tantos recortes– sabremos actuar sobre las causas de la crisis buscando un Consenso sobre la ocupación de todas las fuerzas políticas, económicas y sociales.
La esperanza que los Estados saldrán al rescate de las personas en riesgo severo de exclusión por la pérdida de la vivienda (la parte sencilla e inexperta de las operaciones hipotecarias) del mismo modo que lo han hecho con las Entidades Financieras (la parte fuerte y experta).
La esperanza que entre todos evitaremos que los recortes recaigan una vez más en los más frágiles.
La esperanza que los países del Norte (los ricos) renuncien (renunciemos) a una parte de lo que tienen (tenemos) en beneficio del Sur.
La esperanza que el neoliberalismo dé paso a una economía social de mercado, caracterizada por los valores que tienen en cuenta el factor humano.
Y con la esperanza que la Historia no tenga que juzgarnos duramente.
Carta de Cáritas Diocesana de Barcelona con motivo de la Día Mundial para la erradicación de la Pobreza.