Carta del P. Martín Lasarte, salesiano uruguayo que hace casi 20 años está en Angola (África). Es una carta dirigida al periódico New York Times, que se ha empeñado en una campaña mediática contra
Querido hermano y hermana periodista:
Soy un simple sacerdote católico. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación. Hace veinte años que vivo en Angola como misionero.
Me da un gran dolor por el profundo mal que personas que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes.
No hay palabra que justifique tales actos. No hay duda que
Por lo tanto todas las medidas que sean tomadas para la protección, prevención de la dignidad de los niños será siempre una prioridad absoluta.
Veo en muchos medios de información, sobre todo en vuestro periódico la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote
pedófilo. Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes… Ciertamente ¡todo condenable! Se ven algunas presentaciones periodísticas ponderadas y equilibradas, otras amplificadas, llenas de preconceptos y hasta odio.
¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro
ángulos del mundo! Pienso que a vuestro medio de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año
la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños...
No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis
humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y
que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina, que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan casas de pasaje para los chicos que son golpeados, maltratados
y hasta violentados y buscan un refugio. Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados. No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para
servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a seropositivos… o sobretodo, en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.
No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, los haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un accidente en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de
socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente. En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región… Ninguno pasa los 40 años.
No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.
La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar
No pretendo hacer una apología de
Insistir en forma obsesionada y persecutoria en un tema perdiendo la visión de conjunto crea verdaderamente caricaturas ofensivas del sacerdocio católico en la cual me siento ofendido.
Sólo le pido amigo periodista, busque
Es
En Cristo,
P. Martín Lasarte sdb
Angola - África
No hay comentarios:
Publicar un comentario